martes, 1 de noviembre de 2011

Hola chicas y Víctor! Hoy me toco subir a mi y como muchas de ustedes, tenia ganas de subir una canción la cual me gusta mucho pero, quise salir un poco de ese contexto.
A pesar de que no soy una gran lectora tengo un gran interés y gusto por los mitos y leyenda, pero… ¿Qué es una leyenda? ¿Y un mito?
Los mitos y leyendas son relatos breves que explican el Orión de algunos fenómenos por medio de elementos mágicos. Los antiguos pueblos crearon estas historias para explicar el origen de las plantas, los animales, la lluvia, el viento, el arco iris y muchas cosas más

La diferencia entre un mito y leyenda reside en los personaje, porque en los mitos participan dioses y héroes; en cambio en las leyendas intervienen hombres comunes o personajes históricos, pero que o tienen poderes divinos.

Entre todas las leyendas y mitos que me gustan elegí la titulada “LA PLANTE DE IRUPÉ”.
Espero que les guste…besos!

Cuenta la leyenda guaraní que entre lagunas y ríos vivía una joven muy bella, que deseaba ser como la luna. Tan enamorada estaba de su blancura y de su esplendor, que todas las noches corría tras ella tratando de alcanzarla para tocarla con sus manos.
-¡Luna! ¡Que emoción siento al mirarte!- Suspiraba la muchacha contemplando el cielo nocturno- ¡Luna!- seguía diciendo-, ¡Que fascinante eres! ¡Salpicas todo con tu luz plateada y lo vuelves más apacible y hermoso! ¡Oh, luna, estas tan cerca que, si me fuera posible extender un poco más los brazos, podría tocarte!
Eso creía la joven al verla tan brillante y grande, y tan convencida estaba de su cercanía que, una noche, se dejo tentar por una audaz ocurrencia:
Se trepo hasta la punta de una montaña, -Seguramente podré alcanzarte-le dijo con gran agitación. Y, sin pensarlo mas, comenzó a escalar, zigzagueando entre las filosas piedras.
Mas cerca de la cima llegaba la muchacha, mas viento soplaba y mas frío sentía, pero por nada detenía su marcha.
-¡Ya falta poco! ¡Pronto estaremos juntas!-repetía para darse animo mientras continuaba ascendiendo. El camino era peligroso y, si algo le sucedía, nadie podría escuchar su pedido de auxilio, porque el pueblo estaba muy lejos. Sin embargo, ella estaba demasiado entusiasmada como para sentir miedo.
Al llegar a la cumbre, toda la euforia se le volvió desencanto.
La luna ya estaba lejos, en lo más alto del cielo y, por más que sed estirara ya no podría alcanzarla.
Fatigada, la bella joven se echo a llorar sobre el suelo, pero no perdió las esperanzas:
-¡No importa!-le dijo a la luna-. Te alcanzare por la mañana, cuando desciendas para huir del día.
Mientras bajaba de la montaña, la muchacha decidió pedirle ayuda al dios Tupá, que poseía grandes poderes y era el único capaz de hacer realidad su sueño:
-¡Ayudame, Tupá, a alcanzar la luna y a ser como ella!- le rogó ilusionada y cerro muy fuerte los ojos para que se le cumplieran los deseos.
Justo cuando estaba llegando al valle, comenzó a amanecer y, para su desconcierto, tampoco en ese momento pudo abrazarse con la luna. El sol ya había conquistado el horizonte y la joven no tuvo mas remedio que conformarse.
-¡Esta noche volveré a buscarte!-llego a decir antes de que la luna terminara de escapársele.
La bella muchacha cumplió su palabra y regreso, noche tras noche a encontrarse con laguna. Sin embargo, y a pesar deque en cada ocasión subía montañas cada vez mas altas y extendía sus brazos tanto como podía, jamás conseguía alcanzarla.
-¡Oh, luna hermosa! ¡Cómo te me escapas1- suspiraba ,vencida , y se quedaba la noche contemplando aquella esfera de nácar. Hasta que sucedió algo extraordinario.
La joven, que había salido a caminar como de costumbre, llego hasta una laguna.
Cuando levanto los ojos hacia el cielo, se encontró con la luna, su vieja amiga. Cansada de intentar alcanzarla sin éxito, se sintió un poco triste y bajo la mirada.
Pero, al posas sus ojos sobre el agua, se llevo una increíble sorpresa: allí estaba la luna, mas brillante y mas cerca que nunca.
-¡Ahora si podré abrazarte!-exclamo, loca de felicidad, y se arrojo a la laguna.
A la mañana siguiente, cuando los rayos del sol se asomaron y comenzaron a acariciar la tierra, los animales del lugar fueron los primeros testigos del maravilloso fenómeno que había ocurrido: la laguna estaba llena de una hermosa planta, desconocida asta el momento. Sus hojas enormes, anchas y redondas flotaban sobres las aguas cristalinas, entre los juncos y las totoras, y tan lustrosas eran que reflejaban la luz de la mañana como límpidos espejos.
La gente del lugar la llamada Irupé a aquella planta, que en guaraní significa “plato sobre el agua”.
Y como, desde ese día, la muchacha amiga de la luna no volvió a aparecer por la región, los guaraníes estuvieron de acuerdo en pensar que el dios Tupá había cumplido, finalmente, el deseo de la joven: la había convertido en aquellas bellas plantas que parecían lunas.